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Sobre mi
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Mi nombre es Maricarmen Telloli, creadora en Myma. Soy asesora profesional de porteo certificada por Die Trageschule Dresden, doula por DONA international, coach para nuevas familias por mi maestra Ulrike Hower y estudiante de partería. Soy integrante de la sociedad de industriales y creadores de portabebés a nivel internacional, la BCIA.
Mi pasión es la investigación, análisis y presentación de información científica y humanística del desarrollo de la infancia, mi objetivo es acercar herramientas a los padres y cuidadores de niños para hacer la vida más fácil.
Mi hija nació en 2012, usé mis brazos para cargar a mi hija y muchas cosas más. Pude dejar de lavar los platos y dejar la ropa tirada por el piso, pero no pude dejar a mi hija llorar. Mi hija era una bebé que se despertaba cuando pasaba la hoja de un libro. No es broma.
Desde que tengo memoria en casa había rebozos y los usamos para todo, cobija, bufanda, manta, adorno, menos portabebé. Saqué un viejo rebozo que me regalaron en Oaxaca siendo una adolescente y pensé que para algo me serviría.
Es cierto que por siglos las madres han llevado a sus hijos a cuestas y que yo no lo hiciera se me hizo extraño, así que mientras mi hija dormía, practique mucho cómo hacer los nudos con mi pequeño rebozo. Cuando lo conseguí, no imaginé cómo cambiaría mi vida.
Creo que cuando uno se convierte en madre o cuida a un bebé el estado de alerta y el optimismo son una estrategia de supervivencia. El objetivo es la omnipresencia del cuidador, lo que significa que puedes hacer más de tres cosas al mismo tiempo.
Cargar a un bebé te convierte en centro de atención. Si el bebé va dormido, lo despertarán preguntándote: ¿por qué cargas a tu bebé? (años después será: ¿porque cargas a un niño tan grande -3 años-?).
Porque lo necesitamos.
O la versión más larga: porque al usar fulares, rebozos, meitais/mehdais y demás cargadores, he podido conocer a mi hija y a ella conocerme a mí; desarrollamos una complicidad para estar en el mundo: ella desde mi permanente abrazo y yo usando mis manos libres.
En los talleres de porteo hospitalario que brindo como asesora, aún estudiamos los beneficios del método canguro y en los últimos años suman más y más beneficios para quienes cargan al bebé y son más que manos libres, es seguridad, fortaleza, paciencia, autoestima y apego respetuoso.
Myma, es el acrónimo de los nombres de mi familia: María y Maya. Comencé a preparar los fulares en mayo del 2013 y los mei-tais/meh-dais en octubre del mismo año, las bandoleras en 2014, los fulares de manta en 2015 y las mochilas en 2016.
Cada día llegamos a más familias que usan nuestros portabebés para ir al supermercado, al trabajo, de paseo, cuidar mascotas, salir de vacaciones, acompañar a los amigos, etc.
Cada uno de los productos Myma, ha sido probado y preparado para las necesidades de los bebés y sus cuidadores. Cuidadores llenos de actividades y deseos de compartir el presente con las niñas y niños que trabajan en su futuro.